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Toxina Botulínica: la verdad detrás de este tratamiento tan popular

Ideal para suavizar líneas de expresión sin perder naturalidad.

Toxina Botulínica: la verdad detrás de este tratamiento tan popular

Más allá de los mitos

La toxina botulínica, conocida popularmente como Botox, es uno de los tratamientos estéticos más solicitados y estudiados en el mundo. Su función principal es relajar temporalmente los músculos faciales responsables de las arrugas de expresión, como las del entrecejo, la frente y las "patas de gallo".

A pesar de su popularidad, existen muchos mitos a su alrededor. La realidad es que, cuando es aplicada por un profesional médico cualificado, los resultados son sutiles y naturales, permitiéndote lucir descansada sin perder tu expresividad.

Beneficios del tratamiento

Además de suavizar las arrugas existentes, la toxina botulínica actúa de manera preventiva, evitando que las líneas de expresión se marquen profundamente con el paso del tiempo. Es un procedimiento rápido, prácticamente indoloro y no requiere tiempo de recuperación.

Mitos comunes

"Te deja la cara congelada": Falso. La dosis y la técnica adecuadas relajan el músculo sin paralizarlo por completo.

"Es solo para gente mayor": Falso. Cada vez más pacientes jóvenes lo utilizan como medida preventiva (Baby Botox).

Cuidados posteriores

Después de la aplicación, se recomienda no realizar ejercicio intenso, no masajear la zona y mantenerse en posición vertical durante las primeras 4 horas. Los efectos comienzan a notarse entre el tercer y quinto día, alcanzando su máximo a las dos semanas.

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